Una galaxia es un sistema masivo, gravitacionalmente unido que consiste en estrellas, un medio interestelar de gas y polvo, y materia oscura.
Las galaxias típicas varían desde enanas con tan solo diez millones de estrellas hasta gigantes con un billón de estrellas, todas en órbita alrededor de un centro de masa común.
Las galaxias también pueden contener muchos sistemas estelares múltiples, cúmulos estelares y varias nubes interestelares.
Históricamente, las galaxias se han categorizado de acuerdo con su forma aparente generalmente conocida como su morfología visual.
Una forma común es la galaxia elíptica, que tiene un perfil de luz en forma de elipse.
Las galaxias espirales son ensamblajes en forma de disco con brazos curvos y polvorientos.
Las galaxias con formas irregulares o inusuales se conocen como galaxias peculiares, y generalmente resultan de la interrupción por la atracción gravitacional de las galaxias vecinas.
Tales interacciones entre galaxias cercanas, que en última instancia pueden dar como resultado la fusión de galaxias, pueden inducir episodios de formación estelar significativamente mayor, produciendo lo que se llama una galaxia de estallido estelar.
Las galaxias pequeñas que carecen de una estructura coherente también podrían denominarse galaxias irregulares.
Probablemente hay más de cien mil millones de galaxias en el universo observable.
La mayoría de las galaxias tienen un diámetro de 1,000 a 100,000 parsecs y generalmente están separadas por distancias del orden de millones de parsecs o megaparsecs.
El espacio intergaláctico el espacio entre las galaxias se llena con un gas tenue de una densidad media inferior a un átomo por metro cúbico.
La mayoría de las galaxias están organizadas en una jerarquía de asociaciones llamadas cúmulos, que, a su vez, pueden formar grupos más grandes llamados supercúmulos.
Estas estructuras más grandes generalmente están dispuestas en láminas y filamentos, que rodean inmensos vacíos en el universo.
Aunque todavía no se comprende bien, la materia oscura parece representar alrededor del 90% de la masa de la mayoría de las galaxias.
Los datos de observación sugieren que pueden existir agujeros negros supermasivos en el centro de muchas, si no todas, las galaxias.
Se propone que sean la causa principal de los núcleos galácticos activos que se encuentran en el núcleo de algunas galaxias.
La galaxia de la Vía Láctea, hogar de la Tierra y el sistema solar, parece albergar al menos uno de esos objetos dentro de su núcleo.