Las personas expuestas a los agentes de guerra química CWA a menudo sufren daños crónicos en los pulmones, la piel y los ojos, por ejemplo. También sucumben con frecuencia a la depresión, la ansiedad y los pensamientos suicidas.contra el kurdo Halabja en Iraq.
"Los hallazgos muestran que la exposición a agentes de guerra química, especialmente a la mostaza de azufre, produce enfermedades físicas y mentales de por vida", dice Faraidoun Moradi, estudiante de doctorado en medicina ocupacional y ambiental en la Academia Sahlgrenska, Universidad de Gotemburgo, Suecia.
Faraidoun Moradi es un farmacéutico registrado, un médico residente especialista en medicina general y el primer autor del artículo actual en la revista Plos One.
La mostaza de azufre SM, también conocida como gas mostaza y otros agentes de guerra química CWA siguen siendo una amenaza para la seguridad humana. Hoy en día, hay decenas de miles de pacientes, principalmente en el Medio Oriente, que sufren daños duraderos después de la exposicióna las armas químicas.
En la segunda mitad de la década de 1980, SM se usó a gran escala en Iraq. Los ataques de gas más notorios y severos fueron contra la ciudad de Halabja, donde murieron unas 5.000 personas y decenas de miles resultaron heridas.
El estudio cualitativo ahora publicado se basa en entrevistas en profundidad con 16 pacientes diagnosticados con complicaciones pulmonares crónicas, de 34 a 67 años, en Halabja. El grupo que realizó el estudio estaba compuesto por investigadores en medicina, psicología y antropología de la Universidad deGotemburgo y Martin Luther University Halle-Wittenberg, Alemania.
Las víctimas sufren problemas de salud graves, tanto físicos como mentales. Además de problemas respiratorios, insomnio, fatiga y problemas oculares, también tienen síntomas depresivos, ansiedad, pensamientos suicidas y trastorno de estrés postraumático TEPT.
Los investigadores se refieren a la "ansiedad por contaminación química", una reacción poderosa a la exposición entre estas personas que ha limitado sus vidas familiares, sus relaciones sociales y su capacidad de trabajo. El desempleo y la pérdida de capital social han llevado, a su vez, al aislamiento social.
"Nuestra conclusión es que el cuidado integral de las víctimas y, sobre todo, la detección de su enfermedad mental y somática, puede minimizar el deterioro de su salud", piensa Moradi.
También enfatiza el hecho de que cientos de víctimas kurdas y sirias de gasificación con SM han emigrado a Suecia, y pueden necesitar atención y monitoreo en los servicios suecos de atención primaria.
"Faltan estudios de pacientes expuestos a SM en Suecia, y sus síntomas, experiencia y necesidades de atención. Necesitamos más conocimiento en esta área para poder mejorar su recepción y tratamiento clínico por parte de los servicios de atención, y estar preparados paralidiar con incidentes en el futuro ", concluye Moradi.
Fuente de la historia :
Materiales proporcionado por Universidad de Gotemburgo . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
Referencia del diario :
Cita esta página :