El primer mecanismo establece una relación entre la fase del latido del corazón y la experiencia consciente. En un ritmo regular, el corazón se contrae en la llamada fase sistólica y bombea sangre al cuerpo. En una segunda fase, la fase diastólica, ella sangre fluye hacia atrás y el corazón se llena nuevamente. En una publicación anterior del MPI CBS, se informó que la percepción de estímulos externos cambia con el latido cardíaco. En la sístole, es menos probable que detectemos un estímulo eléctrico débil en el dedo en comparación condiástole.
Ahora, en un nuevo estudio, Esra Al y sus colegas han encontrado la razón de este cambio en la percepción: la actividad cerebral está cambiando a lo largo del ciclo cardíaco. En la sístole, un componente específico de la actividad cerebral, que se asocia con la conciencia, el llamadoEl componente P300 se suprime. En otras palabras, parece que, en la sístole, el cerebro se asegura de que cierta información se mantenga fuera de la experiencia consciente. El cerebro parece tener en cuenta el pulso que inunda el cuerpo en la sístole y prediceque los cambios corporales asociados con el pulso "no son reales", sino que se deben al pulso. Normalmente, esto nos ayuda a no ser constantemente molestados por nuestro pulso. Sin embargo, cuando se trata de estímulos débiles que coinciden con la sístole, podríamos perderlos, aunqueEllos son reales.
Durante sus investigaciones sobre las interacciones corazón-cerebro, Al y sus colegas también revelaron un segundo efecto de los latidos del corazón en la percepción: si el cerebro de una persona muestra una respuesta más alta al latido, el procesamiento del estímulo en el cerebro se atenúa: la personadetecta menos el estímulo. "Esto parece ser el resultado de dirigir nuestra atención entre las señales ambientales externas y las señales corporales internas", explica el autor del estudio Al. En otras palabras, un gran potencial evocado por los latidos del corazón parece reflejar un "estado mental, "en el que estamos más centrados en el funcionamiento de nuestros órganos internos, como la circulación sanguínea, pero menos conscientes de los estímulos del mundo exterior."
Los resultados no solo tienen implicaciones para nuestra comprensión de las interacciones corazón-cerebro en personas sanas, sino también en pacientes. El autor principal, Arno Villringer explica: "Los nuevos resultados podrían ayudar a explicar por qué los pacientes después de un accidente cerebrovascular a menudo sufren problemas cardíacosy por qué los pacientes con enfermedad cardíaca a menudo tienen una función cognitiva deteriorada "
Los investigadores investigaron estas relaciones enviando estímulos eléctricos débiles a los electrodos sujetos a los dedos de los participantes del estudio. En paralelo, registraron los procesos cerebrales de cada participante usando un EEG y su actividad cardíaca usando un EKG.
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Materiales proporcionado por Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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