En un estudio a nivel nacional, los investigadores financiados por los NIH descubrieron que la presencia de haces anormales de vasos sanguíneos frágiles en el cerebro o la médula espinal, llamados angiomas cavernosos CA, están relacionados con la composición de las bacterias intestinales de una persona. También conocida como cerebralLas malformaciones cavernosas, estas lesiones que contienen sangre lenta o estancada, a menudo pueden causar accidentes cerebrovasculares, convulsiones o dolores de cabeza hemorrágicos. El tratamiento actual implica la extirpación quirúrgica de las lesiones cuando es seguro hacerlo. Estudios previos en ratones y un pequeño número de pacientes sugirieronun vínculo entre la CA y las bacterias intestinales. Este estudio es el primero en examinar el papel que puede jugar el microbioma intestinal en una población más grande de pacientes con CA.
Dirigidos por científicos de la Universidad de Chicago, los investigadores utilizaron técnicas avanzadas de análisis genómico para comparar muestras de heces de 122 personas que tenían al menos una CA como se observa en los escáneres cerebrales, con aquellas de control no compatible con la edad y el sexo.Los participantes de CA, incluidas las muestras recolectadas a través del Proyecto American Gut. Inicialmente, encontraron que, en promedio, los pacientes de CA tenían más bacterias gramnegativas, mientras que los controles tenían más bacterias grampositivas, y que la abundancia relativa de tres especies bacterianas intestinales distinguía a CApacientes de los controles, independientemente del sexo de una persona, la ubicación geográfica o la predisposición genética a la enfermedad. Además, las bacterias intestinales de los pacientes con CA parecen producir más moléculas de lipopolisacáridos que se ha demostrado que impulsan la formación de CA en ratones. Según los autores, estosLos resultados proporcionaron la primera demostración en humanos de un "microbioma permisivo" asociado con la formación de lesiones neurovasculares en el cerebro.
Un análisis posterior mostró que algunas composiciones de bacterias intestinales podían identificar formas agresivas versus no agresivas de la enfermedad, así como aquellas con hemorragias sintomáticas recientes. Además, por primera vez, mostraron cómo combinar los datos de bacterias intestinales con los resultados de las pruebas de plasma sanguíneopodría ayudar a los médicos a diagnosticar mejor la gravedad de un trastorno cerebral. Los resultados, publicados en Comunicaciones de la naturaleza , respalda un creciente cuerpo de evidencia sobre el papel de las bacterias intestinales en la salud del cerebro.
Fuente de la historia :
Materiales proporcionado por NIH / Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares . Original escrito por Christopher G. Thomas. Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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