La psicología del ego es una escuela de psicoanálisis que se originó en el modelo de ego-id-superego de Sigmund Freud.
Después de Freud, varios teóricos psicoanalíticos prominentes comenzaron a elaborar sobre la versión funcionalista del ego de Freud.
Pusieron mucho esfuerzo en teorizar sobre las diversas funciones del ego y cómo pueden verse afectadas en psicopatología.
Gran parte de su trabajo se centró en fortalecer el ego para que pudiera hacer frente mejor a las presiones de la identificación, el superyó y la sociedad en general.
Las funciones centrales del ego se veían tradicionalmente como pruebas de realidad, control de impulsos, juicio, tolerancia a los afectos, defensa y funcionamiento sintético.
Se realizó una revisión conceptual importante de la teoría estructural de Freud cuando Heinz Hartmann argumentó que el ego saludable incluye una esfera de funciones autónomas del ego que son independientes del conflicto mental.
La memoria, la coordinación motora y la prueba de la realidad, por ejemplo, deberían poder funcionar sin la intrusión del conflicto emocional.
Según Hartmann, el tratamiento psicoanalítico tiene como objetivo expandir la esfera libre de conflictos del funcionamiento del ego.
Al hacerlo, creía Hartmann, el psicoanálisis facilita la adaptación, es decir, una regulación mutua más efectiva del ego y el entorno.