En biología, la evolución es el cambio en los rasgos heredados de una población de generación en generación.
Estos rasgos son la expresión de genes que se copian y transmiten a la descendencia durante la reproducción.
Las mutaciones en estos genes pueden producir rasgos nuevos o alterados, lo que resulta en diferencias hereditarias variación genética entre organismos.
Los nuevos rasgos también pueden provenir de la transferencia de genes entre poblaciones, como en la migración, o entre especies, en la transferencia horizontal de genes.
La evolución ocurre cuando estas diferencias hereditarias se vuelven más comunes o raras en una población, ya sea de forma no aleatoria a través de la selección natural o aleatoriamente a través de la deriva genética
La selección natural es un proceso que hace que los rasgos heredables que son útiles para la supervivencia y la reproducción se vuelvan más comunes, y los rasgos dañinos se vuelvan más raros.
Esto ocurre porque los organismos con rasgos ventajosos transmiten más copias de estos rasgos heredables a la próxima generación.
Durante muchas generaciones, las adaptaciones se producen a través de una combinación de cambios sucesivos, pequeños y aleatorios en los rasgos, y la selección natural de las variantes más adecuadas para su entorno.
En contraste, la deriva genética produce cambios aleatorios en la frecuencia de los rasgos en una población.
La deriva genética surge del papel que juega el azar en si un individuo determinado sobrevivirá y se reproducirá.
Una definición de especie es un grupo de organismos que pueden reproducirse entre sí y producir descendencia fértil.
Sin embargo, cuando una especie se separa en poblaciones que no pueden cruzarse, las mutaciones, la deriva genética y la selección de nuevos rasgos provocan la acumulación de diferencias entre generaciones y la aparición de nuevas especies.
Las similitudes entre los organismos sugieren que todas las especies conocidas descienden de un ancestro común o grupo genético ancestral a través de este proceso de divergencia gradual.
Charles Darwin y Alfred Russel Wallace propusieron la teoría de la evolución por selección natural de manera casi simultánea, y la expusieron en detalle en el libro de 1859 de Darwin sobre el origen de las especies.
En la década de 1930, la selección natural darwiniana se combinó con la herencia mendeliana para formar la síntesis evolutiva moderna, en la que se hizo la conexión entre las unidades de evolución genes y el mecanismo de evolución selección natural.
Esta poderosa teoría explicativa y predictiva se ha convertido en el principio organizador central de la biología moderna, proporcionando una explicación unificadora de la diversidad de la vida en la Tierra.