El melanoma es un tumor maligno de melanocitos.
Los melanocitos se producen predominantemente en la piel pero se pueden encontrar en otros lugares, especialmente en el ojo.
La gran mayoría de los melanomas se originan en la piel.
Si bien representa una de las formas más raras de cáncer de piel, el melanoma subyace a la mayoría de las muertes relacionadas con el cáncer de piel.
A pesar de muchos años de intensas investigaciones clínicas y de laboratorio, la única cura efectiva es la resección quirúrgica del tumor primario antes de que alcance un grosor mayor de 1 mm.
El melanoma de la piel representa 160,000 casos nuevos en todo el mundo cada año, y es más frecuente en hombres blancos.
Es particularmente común en poblaciones blancas que viven en climas soleados.
Según el Informe de la OMS, se registran anualmente alrededor de 48,000 muertes en todo el mundo debido a melanoma maligno.
Generalmente, el riesgo de un individuo de desarrollar melanoma depende de dos grupos de factores: intrínsecos y ambientales. Los factores "intrínsecos" son generalmente los antecedentes familiares y el genotipo heredado de un individuo, mientras que el factor ambiental más relevante es la exposición al sol.
El diagnóstico de melanoma requiere experiencia, ya que las primeras etapas pueden parecer idénticas a lunares inofensivos o no tener ningún color.
Los lunares de color o forma irregulares sospechan de un melanoma maligno o una lesión premaligna.
El tratamiento incluye la extirpación quirúrgica del tumor; tratamiento adyuvante; quimioterapia e inmunoterapia o radioterapia.