El estrés es un término médico para una amplia gama de fuertes estímulos externos, tanto fisiológicos como psicológicos, que pueden causar una respuesta fisiológica llamada síndrome de adaptación general.
Históricamente, se fue reconociendo gradualmente que conceptos tales como ansiedad, antagonismo, agotamiento, frustración, angustia, desesperación, exceso de trabajo, tensión premenstrual, exceso de concentración, confusión, duelo y miedo podían unirse en un término general amplio, estrés.
El uso del término estrés en casos graves y reconocidos, como los de trastorno por estrés postraumático y enfermedad psicosomática, apenas ha ayudado a aclarar el análisis del fenómeno del "estrés" generalizado.
No obstante, algunas variedades de estrés de sucesos negativos de la vida angustia y de sucesos positivos de la vida eustress pueden tener claramente un impacto físico grave distinto de los problemas de lo que los psicoterapeutas llaman el "pozo preocupado". El estrés activa la rama simpática deel sistema nervioso autónomo y la liberación de hormonas del estrés, incluida la epinefrina y el cortisol.
La salida nerviosa simpática produce la respuesta de lucha o huida, lo que hace que el cuerpo desvíe el flujo sanguíneo a los músculos grandes mientras el cuerpo se prepara para huir o luchar contra algo.
Fluye menos sangre al sistema digestivo y otros órganos que no ayudan a huir o luchar, produciendo sequedad de boca, agitación motora, sudoración, palidez, pupilas dilatadas y a largo plazo, insomnio.
Los factores estresantes modernos pueden causar la activación continua del sistema nervioso simpático con muy pocas oportunidades para que se active el sistema nervioso parasimpático.
Cuando el sistema parasimpático está activo, el intestino y otros órganos no musculares reciben un buen flujo sanguíneo, las pupilas se contraen y las glándulas funcionan bien y secretan sus diversos compuestos.