La contaminación del agua es un gran conjunto de efectos adversos sobre los cuerpos de agua lagos, ríos, océanos, aguas subterráneas causados por actividades humanas.
Aunque los fenómenos naturales como volcanes, tormentas, terremotos, etc. también causan cambios importantes en la calidad del agua y el estado ecológico del agua, no se consideran contaminación.
La contaminación del agua tiene muchas causas y características.
Los aumentos en la carga de nutrientes pueden conducir a la eutrofización.
Los desechos orgánicos como las aguas residuales y los desechos agrícolas imponen altas demandas de oxígeno en el agua receptora, lo que lleva al agotamiento del oxígeno con impactos potencialmente graves en todo el ecosistema.
Las industrias descargan una variedad de contaminantes en sus aguas residuales, incluidos metales pesados, toxinas orgánicas, aceites, nutrientes y sólidos.
Las descargas también pueden tener efectos térmicos, especialmente los de las centrales eléctricas, y estos también reducen el oxígeno disponible.
La escorrentía de muchas actividades, incluidos los sitios de construcción, la silvicultura y las granjas, puede inhibir la penetración de la luz solar a través de la columna de agua, lo que restringe la fotosíntesis y provoca la cobertura del lago o lecho del río, lo que a su vez daña la ecología.