Ayudar a otras personas necesitadas es una base de nuestra sociedad. Es intuitivo creer que ayudamos a otros porque compartimos su dolor empáticamente. La neurociencia muestra que cuando vemos a alguien con dolor nuestro cerebro activa regiones táctiles y emocionales como si nosotros mismosun estudio del Selene Gallo Instituto de Neurociencia de los Países Bajos, KNAW investigó si la alteración de la actividad en estas regiones táctiles del cerebro mientras se presenciaba el dolor de los demás alteraría la disposición de las personas a ayudar. Los resultados, publicados el 8 de mayo de 2018 en eLife son de gran importancia para comprender nuestra naturaleza social humana y para encontrar tratamientos para patologías, como los psicópatas.
Para responder a la pregunta, los investigadores del Social Brain Lab, dirigido por Valeria Gazzola y Christian Keysers Instituto Holandés de Neurociencia, KNAW, les dieron a los participantes la oportunidad de reducir el dolor de una víctima que recibió un golpe en la mano.reducir el dolor al renunciar al dinero que de otro modo podrían haberse llevado a casa mientras se midía y alteraba su actividad cerebral táctil.
Los investigadores utilizaron electroencefalografía, un método para registrar la actividad eléctrica del cerebro, en participantes humanos sanos. Con este método, encontraron que la actividad en las cortezas táctiles aumentaba cuando los participantes aumentaban su donación. Más tarde alteraron la actividad cerebral mediante el uso de neuromodulación.Normalmente, los participantes dieron más dinero cuando la víctima experimentó más dolor, pero al interferir con la actividad táctil se observaron dos fenómenos relacionados: a las personas se volvieron menos capaces de percibir cuánto dolor tenía la otra persona y b ya no adaptaron sudonaciones según corresponda a las necesidades del otro.
Una función social importante para las cortezas táctiles
Los resultados sugieren que nuestras cortezas táctiles, desarrolladas principalmente para percibir el tacto y el dolor en nuestro cuerpo, tienen una función social importante. Contribuyen a la toma de decisiones prosociales al ayudar a transformar la visión del daño corporal en un sentimiento preciso de cuántodolor que experimenta la víctima. Este sentimiento es necesario para adaptar nuestra ayuda a las necesidades de los demás.
Proporcionar un vínculo entre la empatía por el dolor y el comportamiento prosocial a nivel neural es crucial para comprender nuestra naturaleza humana humana y enfocar los enfoques farmacológicos para tratar las patologías en las que estos mecanismos funcionan mal, por ejemplo, en individuos psicópatas o en niños con rasgos insensibles insensibles.
Fuente de la historia :
Materiales proporcionado por Instituto Holandés de Neurociencia - KNAW . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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