Inspirados por la variedad de colores que brillan en los caparazones de los escarabajos, los científicos han desarrollado nanopartículas que cambian de color y pueden cambiar el tono incluso después de ser incrustadas en un material. Un informe sobre la técnica nueva y económica, que podría conducir a la producción de más fácil-para leer sensores y etiquetas anti-manipulación, aparece en Materiales aplicados e interfaces ACS .
Las conchas, o exoesqueletos, de los escarabajos están cubiertos con pilas de formas cristalinas que dispersan la luz y producen colores deslumbrantes. En algunos casos, estos colores pueden cambiar con solo un ligero desplazamiento del ángulo de visión. Conocidos como colores estructurales,Los científicos llevan mucho tiempo interesados en replicarlos para su uso en pinturas, tintes, cosméticos y otros productos. Pero a diferencia de muchos pigmentos, los colores estructurales son ecológicos y resisten la decoloración. Las técnicas actuales utilizadas para integrar los colores estructurales en los materiales son lentas y costosas., sin embargo. Y una vez que están unidos a una superficie, es difícil modificarlos. Geon Hwee Kim, Taechang An y Geunbae Lim buscaron superar estos desafíos.
Los investigadores utilizaron un proceso llamado crecimiento hidrotérmico para sintetizar nanoestructuras de óxido de zinc en agua de 40 a 80 grados Celsius. Esta técnica produjo las partículas diminutas de forma rápida y fácil. El método también les permitió controlar mejor el tamaño y el espaciado de las nanoestructuras, unpaso clave para poder ajustar los colores según sea necesario dentro de un material o tela. Los investigadores concluyen que esta nueva técnica podría tener amplias aplicaciones, incluida la fabricación de microelectrodos para su uso en sensores.
Fuente de la historia :
Materiales proporcionado por Sociedad Americana de Química . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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