Un nuevo estudio publicado en Medicina PLOS El número especial sobre la demencia ha encontrado que el metabolismo de los ácidos grasos insaturados omega-3 y omega-6 en el cerebro están asociados con la progresión de la enfermedad de Alzheimer.
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo, que causa problemas de memoria, función ejecutiva y lenguaje. Representa del 60 al 80% del total de casos de demencia en todo el mundo, con más de 46 millones de personas que padecen la enfermedad en todo el mundo. Se estima el número de pacientesaumentar a 131.5 millones para 2050.
Actualmente se cree que la razón principal para desarrollar problemas de memoria en la demencia es la presencia de dos moléculas grandes en el cerebro llamadas proteínas tau y amiloides. Estas proteínas han sido ampliamente estudiadas y se ha demostrado que comienzan a acumularse en el cerebro hasta20 años antes del inicio de la enfermedad. Sin embargo, hay información limitada sobre cómo el metabolismo de las moléculas pequeñas en el cerebro está asociado con el desarrollo y la progresión de la enfermedad de Alzheimer.
En este estudio, investigadores del King's College de Londres y el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de los Estados Unidos analizaron muestras de tejido cerebral de 43 personas con edades comprendidas entre 57 y 95 años. Compararon las diferencias en cientos de moléculas pequeñas en tresgrupos: 14 personas con cerebros sanos, 15 que tenían altos niveles de tau y amiloide pero que no mostraban problemas de memoria y 14 pacientes con Alzheimer con diagnóstico clínico.
También observaron tres áreas diferentes en el cerebro, una que generalmente muestra poca tau y amiloide, una que muestra más tau y otra que muestra más amiloide. Las moléculas principales que fueron diferentes fueron seis grasas pequeñas, incluyendo omegas, que cambiaronen abundancia en diferentes regiones del cerebro.
Descubrieron que los ácidos grasos insaturados disminuyeron significativamente en los cerebros de Alzheimer en comparación con los cerebros de pacientes sanos.
La coautora principal del estudio, Dra. Cristina Legido Quigley, del King's College London, dijo: "Si bien este fue un estudio pequeño, nuestros resultados muestran un papel potencialmente crucial e inesperado para las grasas en el inicio de la demencia. Lo más sorprendente fue que descubrimos queun omega3 supuestamente beneficioso, DHA, en realidad aumentó con la progresión de la enfermedad.
"Ahora es importante para nosotros construir y replicar estos hallazgos en un estudio más amplio y ver si corrobora nuestros hallazgos iniciales".
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Materiales proporcionado por King's College de Londres . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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