Monitorear en tiempo real lo que sucede dentro y alrededor de nuestros cuerpos puede ser invaluable en el contexto de la atención médica o los estudios clínicos, pero no es tan fácil de hacer. Eso podría cambiar pronto gracias a los nuevos sensores miniaturizados desarrollados por investigadores de la Universidad de TuftsEscuela de Ingeniería que, cuando se monta directamente en un diente y se comunica de forma inalámbrica con un dispositivo móvil, puede transmitir información sobre la ingesta de glucosa, sal y alcohol. En una investigación que se publicará próximamente en la revista Materiales avanzados los investigadores señalan que las futuras adaptaciones de estos sensores podrían permitir la detección y el registro de una amplia gama de nutrientes, productos químicos y estados fisiológicos.
Los dispositivos portátiles anteriores para monitorear la ingesta dietética sufrieron limitaciones tales como el uso de un protector bucal, cableado voluminoso o la necesidad de un reemplazo frecuente a medida que los sensores se degradaban rápidamente. Los ingenieros de Tufts buscaron una tecnología más adoptable y desarrollaron un sensor con solo 2 mmx Huella de 2 mm que puede adaptarse de manera flexible y adherirse a la superficie irregular de un diente. De manera similar a la forma en que se cobra un peaje en una carretera, los sensores transmiten sus datos de forma inalámbrica en respuesta a una señal de radiofrecuencia entrante.
Los sensores están formados por tres capas intercaladas: una capa central "bioresponsable" que absorbe los nutrientes u otros productos químicos que se detectarán, y capas externas que consisten en dos anillos de oro de forma cuadrada. Juntas, las tres capas actúan como un pequeñoantena, recogiendo y transmitiendo ondas en el espectro de radiofrecuencia. Cuando una onda entrante golpea el sensor, parte de ella se cancela y el resto se transmite de regreso, al igual que un parche de pintura azul absorbe longitudes de onda más rojas y refleja el azul de nuevo a nuestros ojos.
Sin embargo, el sensor puede cambiar su "color". Por ejemplo, si la capa central adquiere sal o etanol, sus propiedades eléctricas cambiarán, haciendo que el sensor absorba y transmita un espectro diferente de ondas de radiofrecuencia, con variacionesintensidad. Así es como los nutrientes y otros analitos pueden ser detectados y medidos.
"En teoría, podemos modificar la capa de respuesta biológica en estos sensores para apuntar a otros químicos, estamos realmente limitados solo por nuestra creatividad", dijo Fiorenzo Omenetto, Ph.D., autor correspondiente y profesor de Ingeniería Frank C. Dobleen Tufts. "Hemos extendido la tecnología común RFID [ID de radiofrecuencia] a un paquete de sensores que puede leer y transmitir dinámicamente información sobre su entorno, ya sea que esté pegado a un diente, a la piel o a cualquier otra superficie".
Fuente de la historia :
Materiales proporcionados por Universidad de Tufts . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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