La actividad física puede reducir los efectos de aumento de peso de la variante genética que conlleva el mayor riesgo de obesidad, informa Mariaelisa Graff de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Tuomas Kilpeläinen de la Universidad de Copenhague y sus colegas el 27 de abril de 2017 en PLOS Genetics .
Dado que las personas consumen más calorías y son menos activas físicamente, el mundo ha sido testigo de una epidemia de obesidad, pero no todo el mundo está aumentando de peso. Estudios anteriores sugieren que la susceptibilidad de una persona a volverse obeso puede reducirse con la actividad física. Para ver cómo la actividad físicay las variantes genéticas relacionadas con la obesidad interactúan para afectar el aumento de peso, Graff y sus colegas realizaron metanálisis de interacción de todo el genoma con más de 200.000 individuos. Clasificaron a los individuos como activos o inactivos, los examinaron en busca de aproximadamente 2,5 millones de variantes genéticas y correlacionaron esos datos conindicadores físicos de la obesidad, incluido el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura y la relación cintura-cadera. El estudio encuentra que la actividad física puede reducir los efectos del aumento de peso del factor de riesgo genético más fuerte conocido para la obesidad, el gen FTO, en aproximadamente 30%. Tener en cuenta la actividad física también permitió a los investigadores identificar 11 nuevas variantes genéticas relacionadas con la obesidad, lo que sugiereque la actividad física y otros factores ambientales relevantes deben tenerse en cuenta al buscar genes nuevos.
Los metanálisis confirman hallazgos previos de que la actividad física reduce el efecto del gen FTO, pero aún se desconoce la causa subyacente de esta interacción. Los científicos sospechan que la actividad física puede afectar a otros genes relacionados con la obesidad, pero para identificar estos genes más pequeñosefectos, los investigadores requerirán grupos más grandes de sujetos y mediciones altamente precisas. Desde un punto de vista práctico, los hallazgos sugieren que la actividad física sigue siendo vital, incluso cuando la obesidad parece estar predeterminada en los genes de uno, y podría ser más beneficiosa para aquellos que tienen lamomento más difícil para mantener el peso.
Mariaelisa Graff agrega: "Además, nuestro estudio reveló 11 genes de obesidad completamente nuevos, lo que sugiere que en estudios futuros, tener en cuenta la actividad física y otros factores importantes del estilo de vida podría impulsar la búsqueda de nuevos genes de obesidad. Una debilidad de nuestro estudio fue que los participantesautoinformaron sus hábitos de actividad física en lugar de ser encuestados objetivamente. Para identificar más genes cuyos efectos se atenúan o amplifican con la actividad física, necesitamos realizar estudios más amplios con una medición más precisa de los niveles físicos ".
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Materiales proporcionados por PLOS . Nota: el contenido se puede editar por estilo y longitud.
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