Las langostas del desierto son una plaga importante en numerosos cultivos y pastos en una vasta área de casi 30 millones de km2 que cubre África al norte del ecuador, el Cercano Oriente, la Península Arábiga y el subcontinente indio. Como otras langostas, las langostas del desierto pueden cambiar deuna fase solitaria con baja densidad de población durante las recesiones períodos de calma, a una fase gregaria con alta densidad de población durante las invasiones, cuando las bandas de saltamontes y enjambres pueden devastar la agricultura.
La importancia de la plaga ha hecho necesaria la implementación de una estrategia de prevención liderada por numerosos centros nacionales de vigilancia y control en los países afectados. A nivel mundial, esos centros son coordinados por la FAO en Roma, que cuenta con un servicio de información a cargo demonitoreando la situación en toda el área de distribución del insecto y pronosticando los riesgos de brotes e invasiones. Este sistema de alerta temprana y prevención ha logrado reducir la extensión de las invasiones en la mayoría de las áreas agrícolas.
Un nuevo riesgo en el sur de África como resultado del cambio climático
El cambio climático actual y futuro podría afectar el riesgo de langosta en diversos grados. Son las condiciones climáticas favorables lluvias intensas y altas temperaturas las que desencadenan invasiones desde áreas de distribución desértica más limitadas. Por lo tanto, es vital evaluar la probable evolución de esteplagas agrícolas con el fin de realizar los ajustes necesarios a la actual estrategia de prevención a su debido tiempo. Gracias a los datos históricos 1930-2000 compartidos por el Servicio de Información sobre la langosta del desierto de la FAO DLIS-FAO, un equipo conjunto INRA / CIRAD pudoestudiar el nicho climático y la distribución de la especie durante las recesiones, y prever los efectos de los posibles cambios climáticos entre ahora y 2050 o 2090, en línea con dos escenarios climáticos futuros.
La langosta del desierto tiene dos subespecies, una actualmente la más peligrosa desde el punto de vista agrícola al norte del ecuador y la otra menos conocida en el sur de África. Los resultados de la investigación mostraron que, aunque las dos sub-Las especies ocupan diferentes nichos climáticos en sus respectivas zonas de recesión, han mantenido sus nichos ambientales a lo largo de su evolución. Este mantenimiento del nicho implica que si el clima en el sur de África se volviera más similar al del norte, las subespecies del sur podríanvolverse tan peligroso como el del norte. Además, a la luz del cambio climático, los pronósticos disponibles a gran escala sugieren que es probable que la subespecie del sur se propague.
La subespecie del norte, por su parte, es probable que encuentre condiciones áridas más extremas que podrían reducir su área de distribución general durante las remisiones. Sin embargo, esa reducción afectaría principalmente al corazón hiperárido del Sahara y no a la langosta del desierto.área del brote, de la que parten las primeras bandas de saltamontes o enjambres de adultos. Otra consecuencia más preocupante del cambio climático es la probable propagación local en los márgenes de la zona de distribución geográfica actual, como la costa del Sahel en el sur.
Vigilancia de los riesgos de invasiones
Los investigadores responsables de este estudio concluyeron que deberían mantenerse las prácticas y capacidades de control y gestión de la langosta existentes en el norte de África, y recomendaron una mayor vigilancia en las franjas sur y norte de la zona de distribución actual. En África meridional, la posibilidad deLas subespecies del sur que se están convirtiendo en una amenaza mayor para la agricultura deben ser vigiladas con especial atención, en particular en lo que respecta a su capacidad de gregarización en nuevas condiciones climáticas.
Más allá de las incertidumbres vinculadas a la modelización del área de distribución de una especie determinada, el estudio mostró que la estrategia de gestión preventiva para esta plaga importante no puede considerarse inamovible. Debe revisarse constantemente para tener en cuenta no solo las posibles, cambios climáticos previsibles, pero también cambios en el contexto socioeconómico. El equipo de investigación del CIRAD continúa trabajando en la langosta del desierto, con el objetivo de mejorar el manejo de la plaga teniendo en cuenta sus múltiples aspectos y considerándola como un complejo adaptativosistema.
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