El descubrimiento de fármacos antidepresivos en la década de 1950 condujo a la primera hipótesis bioquímica de la depresión, conocida como la hipótesis de la monoamina. Esta hipótesis propone que un desequilibrio de ciertos químicos cerebrales es la causa clave de la depresión. La investigación ha investigado si y en qué gradoel químico "recompensa y placer" dopamina y, más recientemente, la serotonina química "felicidad", podrían ser los neurotransmisores involucrados en la enfermedad. Sin embargo, la hipótesis de la monoamina no parece explicar completamente la complejidad de la depresión humana. Ahora un nuevo estudioofrece una clave más importante que puede aumentar nuestra comprensión de la patogénesis detrás de la depresión clínica y los trastornos neurodegenerativos.
Las partículas infecciosas proteináceas, también conocidas como priones, son proteínas en las que el complejo proceso de plegamiento tridimensional molecular simplemente se ha perdido. Por razones aún no entendidas, la naturaleza de plegamiento incorrecto de los priones está asociada a su capacidad de secuestrar a sus contrapartes normales yinduzca a que se plieguen también. La multitud cada vez mayor de proteínas mal plegadas forman los agregados que se ven en los cerebros de pacientes con trastornos neurodegenerativos como las enfermedades de Parkinson y Alzheimer. Los pacientes con estos trastornos manifiestan un deterioro neurológico progresivo y depresión clínica, entre otros síntomas.
Aunque las contrapartes mal plegadas históricamente han recibido toda la atención, la atención se centra ahora en la proteína nativa, es decir, la proteína priónica, que es la que no ha sufrido un plegamiento incorrecto. ¿Qué papel juegan las proteínas nativas? Una hipótesis interesante es queestas partículas sirven como un centro donde se ensamblan algunos componentes celulares. Por ejemplo, ya se ha demostrado que la proteína priónica participa en eventos como la proliferación, diferenciación y supervivencia celular. Ahora un equipo dirigido por el Dr. Rafael Linden del Instituto de BiofísicaCarlos Chagas Filho, de la Universidad Federal de Río de Janeiro, en Brasil, propone que la proteína priónica desempeña un papel en la depresión.
En un artículo titulado "La proteína priónica modula los sistemas monoaminérgicos y el comportamiento depresivo en ratones" y publicado en el Revista de Química Biológica , el grupo muestra que los ratones que carecen de priones normales muestran un comportamiento depresivo similar a los síntomas de depresión encontrados en pacientes con Alzheimer y enfermedades priónicas, es decir, Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob ECJ, variante de la Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob vCJD, Gerstmann-Síndrome de Sträussler-Scheinker, insomnio familiar fatal y kuru. Las enfermedades por priones humanos con frecuencia muestran síntomas clínicos como depresión, ansiedad y alucinaciones, y se ha llamado a la hipótesis de la monoamina para explicar tales déficits.
La investigación realizada por el grupo muestra que los ratones sin proteína priónica han aumentado los niveles de los receptores que se unen a la serotonina. Además, los niveles de la enzima que produce dopamina y la dopamina en sí, también son más altos en ratones privados del prión.Curiosamente, el estudio muestra que aunque estos animales tienen altos niveles de dopamina, no muestran la respuesta normal que debería ocurrir cuando la dopamina se une a su receptor, a pesar de que los niveles del receptor de dopamina son normales en estos animales.Según Danielle Beckman, la primera autora del artículo "es posible que la falta de interacción entre la dopamina y su receptor resulte de una desensibilización del receptor precisamente porque hay demasiada dopamina".
Otra observación importante realizada por el grupo, y que respalda la hipótesis de que los priones tienen un papel en la depresión, es el hecho de que la proteína priónica se encuentra en los mismos lugares en la célula que los receptores de dopamina y serotonina. Además, los autoresobservó que la proteína priónica podría unirse al receptor de dopamina.
El grupo cree que en individuos normales, la proteína priónica funciona como un andamio para múltiples interacciones moleculares. Cuando las moléculas de proteína priónica son secuestradas por sus contrapartes mal plegadas, ya no pueden funcionar como un andamio para todas estas interacciones moleculares, lo que perjudica lamecanismos evocados por los químicos cerebrales importantes para el estado de ánimo.
Estos hallazgos abren la puerta a futuras investigaciones considerando la proteína priónica como un objetivo potencial en el desarrollo de tratamientos para la depresión mayor y los trastornos relacionados.
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