Los investigadores de la Universidad McGill han descubierto que una proteína que se encuentra en la membrana de nuestras neuronas sensoriales está involucrada en nuestra capacidad de sentir dolor mecánico, sentando las bases para el desarrollo de nuevos fármacos analgésicos potentes.
El estudio, publicado en Celda , es el primero en mostrar que TACAN, una proteína altamente conservada entre los vertebrados cuya función no quedó clara, de hecho está involucrada en la detección del dolor mecánico al convertir las presiones mecánicas en señales eléctricas.
Utilizando enfoques moleculares y celulares con electrofisiología, Reza Sharif-Naeini, profesor del Departamento de Fisiología de McGill, y su equipo pudieron establecer que TACAN se encuentra en la membrana de las células sensibles al dolor donde se forma un túnel como poros, una estructuraconocido como un canal iónico
Los investigadores también crearon un modelo de ratón donde TACAN podría "apagarse", haciendo que los animales sean significativamente menos sensibles a los estímulos mecánicos dolorosos.
"Esto demuestra que TACAN contribuye a detectar el dolor mecánico", dice Sharif-Naeini, quien también es el autor principal del estudio.
Una búsqueda de una década
Hace unos 70 años, los científicos imaginaban que los sensores pequeños podrían ser responsables de proporcionar a nuestro cerebro información útil sobre nuestro entorno, explicando nuestro sentido del tacto o nuestra capacidad de sentir dolor cuando lo pellizcamos.
Desde entonces, se descubrió que estos sensores son canales iónicos, estructuras similares a poros capaces de traducir las presiones mecánicas ejercidas en una célula en señales eléctricas que viajan al cerebro para ser procesadas, un fenómeno conocido como mecanotransducción.
Se ha demostrado que este fenómeno es central en varios procesos fisiológicos como la audición, el tacto y la sensación de sed. Pero la identidad del sensor responsable del dolor mecánico sigue siendo difícil de alcanzar.
Debido a que "la mayor parte del dolor que sentimos, un pellizco o un dedo del pie golpeado, es de naturaleza mecánica", Sharif-Naeini dijo que la competencia para encontrar el sensor recién descubierto era feroz.
Con el problema desenfrenado del uso excesivo de opioides, el hallazgo tiene implicaciones prácticas para las personas que sufren de dolor crónico. Los pacientes con afecciones como la osteoartritis, la artritis reumatoide o el dolor neuropático a menudo desarrollan alodinia mecánica, una condición en la que los receptores de dolor mecánico se vuelven demasiado sensibles.Las cosas triviales como caminar o un toque ligero se vuelven extremadamente dolorosas, lo que lleva a una reducción significativa en la calidad de sus vidas.
"Ahora que hemos identificado el sensor asociado con el dolor mecánico, podemos comenzar a diseñar nuevos analgésicos potentes que pueden bloquear su acción. Este descubrimiento es realmente emocionante y trae nuevas esperanzas para un nuevo tratamiento del dolor", agrega Sharif-Naeini.
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Materiales proporcionado por Universidad McGill . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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