Los deportes son enormemente populares, y un patrón sorprendente es que los niños y los hombres suelen estar mucho más involucrados que las niñas y las mujeres. Esta diferencia de sexo tiene implicaciones políticas, y plantea preguntas fundamentales sobre la naturaleza de las diferencias de sexo. Aunque los estudiosos de muchoslas disciplinas han explorado las diferencias de sexo en la participación deportiva, pocas han abordado el tema desde una perspectiva amplia y evolutiva. Un artículo de revisión reciente de Deaner, Balish y Lombardo 2016, publicado en Ciencias del comportamiento evolutivo , sintetiza el trabajo teórico y empírico relevante.
Primero, los autores demostraron que la representación insuficiente de las mujeres en el deporte, tanto como participantes como espectadoras, generalmente refleja su menor interés deportivo, no solo menos oportunidades de participación. Además, esta diferencia de sexo ocurre en todas las sociedades descritas hasta ahora, desdecazadores y recolectores de grandes sociedades contemporáneas. Por ejemplo, en todas las sociedades con datos disponibles, los hombres participan en deportes al menos el doble que las mujeres en términos de frecuencia o duración.
A continuación, los autores exploraron hipótesis funcionales adaptativas para los deportes. Estos son relatos de por qué los humanos habrían desarrollado disposiciones para interesarse en los deportes, particularmente cómo tales disposiciones podrían haber afectado la probabilidad de supervivencia y reproducción. Dos hipótesis parecen relevantes para amboshombres y mujeres. Una hipótesis se centra en la importancia de la necesidad de aliarse con coaliciones en contextos entre grupos, mientras que la otra enfatiza la necesidad de desarrollar habilidades sociales y motoras. Otra hipótesis sostiene que los individuos compiten en deportes para ganar estatus y que los no participantes monitoreanel rendimiento deportivo para que puedan evaluar posibles competidores y aliados. La evidencia indica que esta hipótesis se aplica principalmente a los hombres. Una cuarta hipótesis es que los deportes sirven como exhibiciones de cortejo que anuncian la calidad de los participantes al sexo opuesto. Esta hipótesis explica efectivamente algunos aspectos de las mujeresinterés deportivo
Finalmente, los autores examinaron las causas inmediatas o a corto plazo de la diferencia de sexo en el interés deportivo. Aunque a menudo se supone que las prácticas de socialización causan esta diferencia de sexo por completo, la evidencia de que la socialización juega un papel sigue siendo equívoca. En particular, noLa manipulación experimental o la comparación histórica sistemática siempre ha mostrado una disminución en la diferencia de sexo. Además, varios estudios indican que las hormonas prenatales contribuyen al mayor interés deportivo de los hombres.
Los puntos finales de esta revisión son que la diferencia de sexo en el interés deportivo es 1 sustancial y generalizada, 2 en parte debido a las presiones evolutivas que afectaron diferencialmente a hombres y mujeres, y 3 es poco probable que se revierta por completopor socialización. Estos puntos desafían las suposiciones fundamentales de muchos académicos y formuladores de políticas. En particular, el Título IX es una ley de los Estados Unidos que prohíbe la discriminación sexual en las oportunidades educativas, incluidos los deportes, y el Título IX generalmente se implementa bajo el supuesto de que el interés deportivo de las mujereses intrínsecamente igual al de los hombres. La presente investigación indica que esta implementación puede requerir revisión.
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Materiales proporcionados por Asociación Americana de Psicología . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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